Franquicias, ¿con o sin royalties?

En muchas ocasiones, el emprendedor que quiere abrir un negocio bajo la enseña de una franquicia suele dudar de aquellas que exigen pago de royalties. Los royalties son el precio que la empresa franquiciada deberá pagar al franquiciador mensual, o anualmente, más allá del canon de entrada, por el solo hecho de tener la franquicia.

La justificación del pago de los royalties se haya, por ejemplo, en la necesidad del franquiciador de cubrir los gastos de mantener la red de franquiciados. De esta manera, el franquiciador se asegura de que la red de franquicias no cae en la anarquía, dando mala imagen a la marca. Otra de las explicaciones de los royalties es la necesidad de remunerar los servicios que proporciona el franquiciador. Si el franquiciador presta servicios de marketing, central de compras y desarrollo de productos, por ejemplo, es lógico que deba recibir una remuneración por ello.

Por otra parte, queda también la cuestión de los beneficios del franquiciador. Si el franquiciador no obtiene un beneficio real por nuestra franquicia, ¿qué es lo que le motiva a seguir prestándonos servicios? Es justo que si la empresa nos está dando facilidades, ésta pueda aprovecharse de nuestro beneficio y haya un crecimiento mutuo.

Ante la pregunta de si la franquicia debe tener o no royalties, como franquiciador debería generar más confianza aquella que sí los cobra, ya que generalmente es una red de franquicias más estable y donde hay más probabilidad de que te vas a encontrar un buen servicio de apoyo que te ayude a vender más.

En todo caso, no por el solo hecho de cobrar royalties significa que la franquicia haya de ser buena y recomendable. Conviene asesorarse con expertos y consultores en materia de franquicias que te puedan prestar asesoramiento sobre las condiciones de cada contrato.